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!Deja de pensar y actúa! vamos a 8 pasos.

  • Foto del escritor: Norma Sarahi Ramirez Garcia
    Norma Sarahi Ramirez Garcia
  • 15 oct 2022
  • 3 Min. de lectura

Si eres de las personas que piensan y piensan y piensan pero no se deciden a poner acción, te digo que a demás de la fuerza de voluntad tiene que ver tu motivación, la tolerancia a la frustración y desde luego tu autoestima; pues en el fondo estas evitando darte cuenta tu mismo/a que no vas a lograr tu objetivo y que mejor que evitar empezar, así no nos damsos por enterado.

Sin embargo la no acción te manda el mensaje que, no eres capaz. y como para todo, esto también tiene solución. has de ponerte en acción pero planteando propósitos y planificando una secuencia en pequeños pasos para poder cumplir tu meta.

te comparto 8 pasos que te ayudaran a lograr eso que tanto tienes en las nubles.

!Aterrízalo!

1. Define tu objetivo, debe ser claro y realista

Antes de plantearse un propósito, vale la pena asegurarse de que es algo que se quiere de verdad, a lo que vale la pena dedicar el esfuerzo porque tiene sentido para uno mismo, tiene que ver con lo que uno es o con lo que uno necesita, no solo con lo que sería deseable. Y además de tenerlo claro, el objetivo debe ser realista, alcanzable, porque de nada sirve fijarse muchos retos a la vez o cosas que están fuera de nuestro alcance.

2. Fragmentarlo pequeños logros en secuencia.

Dividir un objetivo difícil en pequeños objetivos y planificarlos a su vez en pequeñas acciones que permitirán enfocar tu esfuerzo y fuerza de voluntad, manteniendo la motivación estimulada al tener varios logros, y ¿que crees? estos a su ves mejora la autoestima.

3. Declarar públicamente el objetivo

Explicar a otras personas el objetivo que quieres lograr es una forma de comprometerse más con él. En primer lugar, porque nos obliga a verbalizarlo, a escuchar cómo te comprometes en ello. Pero también porque cuando se tienen que rendir cuentas a los demás uno suele esforzarse un poco más. Con todo, el utilizar o no a otras personas como estímulo tiene mucho que ver con el grado de automotivación de cada persona. Hay personas que se motivan muy bien solas y otras cuya motivación tiene mucho que ver con el reconocimiento de los otros.

4. Escribela planificación

Detallar el tiempo que vamos a dedicar a cada objetivo concreto y el plan de acción específico que tenemos para lograrlo, anticipando incluso los problemas y tentaciones que ya prevemos que surgirán y la forma en que pensamos superarlos, es una estrategia clave para no tener que recurrir tanto a nuestra fuerza de voluntad y que no se debilite innecesariamente cuando se den esas circunstancias.

5. Celebra cada logro

Tan importante como esforzarse es reconocerse ese esfuerzo. Observarse a uno mismo y anotar cuántas veces se evita o se vence una tentación o se cae en ella puede ser una forma de valorar la progresión. Y felicitarse por cada pequeño objetivo logrado –e incluso celebrarlo con algún tipo de recompensa–, ayuda a renovar la motivación y facilita que la fuerza de voluntad no desfallezca.

6. Aceptar las caídas con autocompasión

Por muy comprometido que uno esté con su objetivo, puede tener algún momento de debilidad u olvido en que se aleje de él. Y lo importante en ese caso es no frustrarse ni tirar la toalla.

7. Gestiona la frustración

Si uno se plantea objetivos inalcanzables o muchos a la vez, se frustrará porque difícilmente logrará todos. Pero incluso si el reto es asumible quizá no lo logre a la primera o “pinche” de vez en cuando en su consecución. Y lo importante en esos casos, explican los psicólogos, es gestionar la frustración para no abandonar, aprender de los errores y planificar cómo superar esa situación la próxima vez que se plantee, y así asumir que la próxima vez lo puedes hacer diferente. Porque no hay mejor entrenamiento para el músculo del autocontrol que vencer pequeñas tentaciones, y volverlas a vencer cuando se fracasa.

8. El autocuidado

Ejercitar la fuerza de voluntad requiere un esfuerzo mental intenso, así que si uno está estresado, débil o alterado emocionalmente le resultará más complicado no caer en las tentaciones. En cambio, comer bien, dormir y relajarse contribuye, según los expertos, a mejorar la capacidad de autocontrol. Y hacer ejercicio también, porque libera endorfinas y hace que nos sintamos mejor y que aumente nuestra sensación de competencia, además de desviar parte de la atención de posibles tentaciones.

"Be a Warrior, not a worrier"

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